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HomeNet –
Organización de las Trabajadoras a Domicilio


HomeNet es una red de organizaciones de mujeres que trabajan a domicilio creada en 1994. Tenemos experiencia con parte del sector informal, como son los trabajadores a domicilio, tanto los subcontratados como aquellos que venden sus propios productos, a los cuales llamamos trabajadores a domicilio por cuenta propia.

La definición precisa del sector informal ha dado lugar a un acalorado debate: ¿Cómo puede definirse la palabra "informal"? ¿Se trata de un sector, o sería más adecuado hablar de actividades informales? No obstante, aunque no se haya llegado a un acuerdo en cuanto a una definición precisa, se ha logrado un consenso en cuanto a las personas a las que nos estamos refiriendo y sobre la magnitud y la importancia de este sector, especialmente en los países del hemisferio sur.

Cuando hablamos del sector informal particularmente en estos países, nos estamos refiriendo a millones de personas pobres que luchan por ganarse la vida al margen de la economía formal y reglamentada y que suman aproximadamente 1,200 millones de trabajadores que carecen de protección alguna. Por otra parte, se estima que hay 240 millones de personas que trabajan a domicilio en el mundo. Rara vez estos trabajadores se incluyen en las estadísticas oficiales y su contribución a la economía no se tiene en cuenta.

Hay más trabajadores informales en los países del sur que en los del norte; sin embargo, en estos últimos, cada día crece más el sector informal, como se constata con el trabajo a domicilio. Esto es importante pues ha demostrado que las actividades económicas informales no son simplemente el resultado de la falta de desarrollo o del subdesarrollo, sino que en muchos casos, están directamente ligadas al sector formal.

En la mayoría de los países del hemisferio norte se ha dado un crecimiento en el número de trabajadores a domicilio de la industria del vestido. En el Reino Unido, en Canadá y en Australia, se han cerrado grandes fábricas de ropa y en su lugar, el trabajo se subcontrata a compañías pequeñas que, a su vez, frecuentemente emplean trabajadoras a domicilio quienes muchas veces trabajan sin protección legal.

En la industria del calzado ha tenido lugar un proceso similar. En el norte de Portugal, mujeres que viven en aldeas pobres del área rural en las montañas, cosen a mano la parte superior de zapatos de marcas reconocidas que se venden en el norte de Europa. Esta clase de trabajo también se encuentra en el Bangkok y en el Brazil.

Además, en muchos países la mayoría de los trabajadores a domicilio son mujeres. Es el caso de las organizaciones que componen HomeNet, con excepción de un sindicato de trabajadores de la industria del calzado en el Japón cuyos miembros son sólo hombres.

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Algunos grupos afiliados a HomeNet

En Durban, Africa del Sur, muchas mujeres trabajan como vendedoras ambulantes. Algunas de ellas producen las cosas que venden, como por ejemplo, productos medicinales tradicionales o adornos hechos de cuentas. Generalmente estas mujeres no tienen hogar, sino que viven en la calle junto a sus puestos de venta. En las áreas rurales, el Sindicato de Trabajadoras por Cuenta Propia, SEWU (Self Employed Women’s Union), está organizando a estas mujeres.

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En el Norte de Tailandia es tradición que las mujeres tejan la seda en sus aldeas; este trabajo se hacía durante la temporada floja de las labores agrícolas para el autoconsumo de las familias. En la medida en que aumentaron las dificultades para vivir sólo de la agricultura, el tejido de la seda, se fué convirtiendo en una fuente de ingresos importante para las mujeres.

En Ahmedabad, India, un grupo comercial importante dentro de la Asiociación de Trabajadoras por Cuenta Propia, SEWA (Self Employed Women Association), son las mujeres que producen "aggarbatti" (varitas de incienso); este es un trabajo muy mal remunerado que se realiza en los hogares, frecuentemente con ayuda de los niños.

En Manila mucha gente se gana el pan de cada día utilizando los restos que produce la industria textil. Se estima que allí hay aproximadamente 25.000 personas, mujeres en su mayoría, que compran estos restos para hacer esteras tejidas, guantes felpudos, trapos para limpieza, etc. Ellas mismas se encargan de vender sus propios productos.

En el hogar se realizan toda clase de trabajos. Tanto en los países del norte como en los del sur, en las áreas rurales y urbanas, e independientemente de que las mujeres trabajen para alguien o por su propia cuenta, se comparten características comunes. A menudo se combinan ambas maneras de ganarse la vida.

Los trabajadores a domicilio son los más pobres, pues normalmente reciben ingresos que están muy por debajo del promedio del salario mínimo legal. Las mujeres que trabajan por cuenta propia son tanto o más que las pobres que trabajan subcontratadas; estas no deben confundirse con mujeres de negocios que trabajan por cuenta propia. En estudios llevados a cabo en Gujarat (India), por ejemplo, se constató que las mujeres de áreas rurales que estaban trabajando a domicilio por cuenta propia se encontraban en peor situación que las mujeres de áreas urbanas que trabajaban subcontratadas.

Las leyes que rigen el trabajo a domicilio varían en cada país. Pero, por regla general, exista o no una ley, los trabajadores a domicilio no están protegidos contra el desempleo ni cuentan con seguridad social, no gozan de ningún derecho laboral ni de protección en caso de enfermedad, de que pierdan su trabajo o de que sean demasiado mayores para continuar trabajando. Esto obedece a varios razones: puede ser que las leyes no se apliquen o simplemente que no existan; los trabajadores a domicilio tienen un estado legal ambiguo y no se les trata como empleados; y a veces, las mujeres no se consideran trabajadoras sino amas de casa que se dedican a ciertas actividades durante su tiempo libre.

Las políticas, los planes y los reglamentos oficiales ignoran la existencia de las personas que trabajan a domicilio. En muchos casos, las autoridades son inclusive hostiles con ellos, como es el caso de los vendores ambulantes. Cuando John Major (Primer Ministrade Inglaterra) visitó Calcuta, tuvo lugar una gran "acción de limpieza" con la cual, miles de vendedores ambulantes fueron desalojados por considerarse un estorbo y no una parte vital de las ventas al por menor en las economías locales. Esto hace parte del proceso de modernización de las ciudades.

Para muchas personas que trabajan a domicilio, uno de los principales problemas es la falta de acceso a servicios apropiados. En Ahmedabad, por ejemplo, una parte vital del trabajo realizado por la SEWA ha sido crear un banco para otorgar crédito a las trabajadoras pobres para que puedan zafarse de los prestamistas, aumentar su disponibilidad de dinero y mejorar sus condiciones de vida. Para las mujeres pobres, que son frecuentemente analfabetas, es muy difícil tener acceso a servicios como cursos de formación, de gerencia e inclusive a servicios más básicos como los de salud, de cuidado de los niños o de educación.

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La Organización Sindical y el trabajo a Domicilio

En general, las personas que trabajan a domicilio no están organizadas en sindicatos y carecen de representación. Sin organización no es posible que tengan influencia en las políticas loca-

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les o nacionales, ni pueden hacerse oir. Cuando la Organización Internacional del Trabajo – OIT – discutió la cuestión del trabajo a domicilio en sus conferencias de 1995 y 1996, la asociación con más experiencia en organización de trabajadoras a domicilio, la SEWA de la India, no tenía aún representación oficial, sino que asistió sólo como observadora. Aunque está registrada como un sindicato, con frecuencia se le considera como una ONG porque ser una organización de mujeres.

Existen escasos ejemplos de sindicatos que han organizado a los trabajadores a domicilio; en general, éstos han sido casos excepcionales. Para la mayoría, ha sido muy difícil organizar a este grupo por diversos motivos. Por ejemplo, los trabajadores a domicilio no se consideran parte de la mano de obra, pues por el hecho de trabajar en sus popios hogares son prácticamente invisibles; pero aunque no lo sean, hay muchas dificultades para organizarlos.

Es común pensar que estos trabajadores contribuyen a desmejorar las condiciones de trabajo y de pago de los trabajadores organizados en las fábricas. Por esta razón, muchos sindicatos abogaban en el pasado porque se prohibiera el trabajo a domicilio. Pero sólo en los Estados Unidos se sigue proscribiendo este tipo de trabajo en muchas industrias. Por fortuna, la mayoría de los sindicatos ha cambiado su política en este contexto y está a favor de incluir en sus organizaciones a personas que trabajan en su casa.

Muchos de estos sindicatos consideran sin embargo, que su papel primordial radica en llevar a cabo las negociaciones colectivas, o defender las condiciones de pago y de trabajo mediante negociaciones con los empresarios. Pero entre los problemas centrales de estos trabajadores están, que carecen de una fuente segura de trabajo y que corren el riesgo de que se les quite el trabajo cuando se organizan. Por ello, una de las cuestiones clave que deben tener en cuenta los sindicatos es la búsquada de alternativas de empleo, un papel que muchos de ellos no consideran apropiado.

Por otra parte, los empresarios frecuentemente manejan a los trabajadores a domicilio como si fueran por cuenta propria y es sumamente difícil establecer que en realidad están empleados o que dependen de patrones. Y los sindicatos no están dispuestos a organizar a trabajadores que no tienen una relación de empleo clara.

Otro factor que influye es también que muchos sindicatos están organizados por hombres y no adoptan métodos de trabajo o prioridades ajustados a las necesidades de las mujeres. Por ejemplo, citan a juntas o a reuniones en horas o en lugares a los que las mujeres difícilmente pueden asistir y no se prevé nada para el cuidado de los niños.

De otra parte, los trabajadores a domicilio no están juntos en un centro de trabajo; casi siempre se encuentran dispersos en una amplia área. En el caso de mujeres, estas casi siempre tienen sus propias redes informales de contacto que no son obvias para personas externas; además, a veces mujeres tienen miedo de hablar sobre el trabajo que hacen en sus casas.

En muchos casos, los sindicatos se organizan con base en el modelo occidental de la ley laboral y de la protección de la seguridad social, lo cual no siempre es lo más apropiado para el sector informal. Iqualmente, las reivindicaciones se basan en este modelo que considera el trabajo de tiempo completo, permante y estable formalmente organizado. En los países nórdicos este modelo excluye cada vez un mayor número de trabajadores informales y deja a millones de trabajadores sin una seguridad social estatal bien desarrollada.

Los anteriores son sólo algunos de los factores que explican porqué los sindicatos han tenido tantas dificultades en organizar a los trabajadores a domicilio subcontrados, sin mencionar siquiera a los millones de trabajadores por cuenta propia, para quienes se requiere un enfoque más amplio que los sindicatos aún no manejan.

Existen sindicatos que, a pesar de todo, han organizado el trabajo a domicilio.

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La SEWA en la India, un sindicato de mujeres que organiza a las trabajadoras pobres y la SEWU, en Africa del Sur, establecida siguiendo el modelo de la SEWA, son ejemplos. Más adelante nos ocuparemos de ellos.

La Unión Internacional de trabajadores del sector de Alimentos IUF (International Union of Foodwerkers), tiene como prioridad la organización del sector informal en esta rama de la producción. Este sindicato cubre a muchos trabajadores tanto de la agricultura como de la industria alimenticia y del tabaco. Una de sus estrategias es crear vínculos a lo largo de la cadena de producción, por ejemplo, con la industria del té: se ha entablado contacto entre las personas que trabajan en plantaciones de té, las de la industria alimenticia del norte y los que organizan campañas para consumidores, para informarles sobre temas relacionados con la justa comercialización. En la India apoyaron la organización de los trabajadores que producen cigarrillos (bidis) (muchos de ellos son mujeres que trabajan enrollando los cigarrillos en sus hogares).

En Australia, el sindicato textil TCFUA, ha organizado grandes campañas en el contexto del trabajo a domicilio: ha luchado por conseguir leyes para proteger a los trabajadores; ha organizado campañas de información para entrar en contacto con ellos, ha trabajado en amplia coalición con distintos grupos que incluyen organizaciones eclesiásticas y comunales para que la gente tome conciencia de lo extendido que está el trabajo fuera de las fábricas y para presionar porque los minoristas adopten un Código de Buena Conducta que sería supervisado porla misma TCFUA.

Por su parte en Canadá, el sindicato textil UNITE ha creado una asociación para los trabajadores a domicilio de la industria del vestido. Se ha centrado en los trabajadores chinos, muchos de los cuales producen prendas de vestir para grandes minoristas. La asociación organiza reuniones regulares y eventos para los trabajadores a domicilio y publica una circular en idioma chino para informar a las mujeres acerca de sus derechos.

En Madeira, Portugal, durante los últimos veinte años, un sindicato ha estado organizando a las trabajadoras a domicilio para la industria del bordado, cuenta actualmente con miles de miembros. La industria del bordado en este país está organizada de manera centralizada: las fábricas se encuentran en la capital y el bordado a mano lo hacen miles de mujeres, muchas de las cuales viven en áreas rurales. Aunque aún ganan poco, el sindicato ha logrado entre otras cosas, obtener su reconocimiento oficial y la protección de la seguridad social para ellas.

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La HomeNet

HomeNet es una red internacional establecida formalmente en 1994. Se compone de sindicatos y de ONG formados por trabajadores a domicilio. Surgió gracias a los vínculos establecidos entre personas que los a poyaban en diferentes áreas. En mi caso, por ejemplo, yo a poyaba trabajadoras a domicilio del norte de Inglaterra. Nos dimos cuenta de que no teníamos experiencia para la organización de las trabajadoras, así que, nos pusimos en contacto con personas de otros países que nos enseñaron mucho. Por ejemplo, se establecieron contactos entre grupos del Reino Unido y de los Países Bajos y entre grupos del Reino Unido, de la India y del Canadá.

En Asia se establecieron intercambios entre la SEWA y grupos nuevos que se estaban desarrollando bajo los auspicios del proyecto de la OIT en las Filipinas, en Tailandia y en Indonesia.

Por ejemplo la SEWU, en África del Sur, tuvo como modelo también a la SEWA de la India aunque, obviamente, se ha ido desarrollando de acuerdo con las condiciones de su propio páis y según su propio ritmo.

La HomeNet tenía dos metas fundamentales:

En primer lugar, difundir información sobre el trabajo a domicilio – lo extendido que está, cúal es su naturaleza, y, particularmente, presentar ejemplos de casos de organización exitosa del mismo. Se ha producido una circular y otras

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publicaciones y se han ofrecido talleres y exposiciones de fotografías.

En segundo lugar, en 1993 se acordó que en la Conferencia de la OIT de 1995 se propondría un Convenio sobre el reconocimiento del trabajo a domicilio. La SEWA habría estado, durante años, desarrollando una campaña para lograr que este se reconociera internacionalmente. Por eso, esta decisión marcó un verdadero hito en el camino para obtener ese reconocimiento y la visibilidad de las personas vinculadas a él. Como ustedes saben, la toma de decisiones en la OIT es tripartita, con lo cual, la campaña para lograr el Convenio significó tener que trabajar con un amplio abanico de organizaciones, particularmente con sindicatos y gobiernos. Durante las discusiones fue evidente que quienes desempeñaron el papel más importante para la adopción del Convenio, que luego fuera suplementado por una Recomendación en 1996, provenían de los países donde los trabajadores a domicilio habían estado organizados por grupos activos.

También la HomeNet se propuso coordinar las campañas internacionales correspondientes a las Conferencias de la OIT de 1995 y de 1996.

La SEWA (Self Employed Women’s Association), con sede en Gujarat, India, cuenta actualmente con más de 200.000 miembros en tres Estados. Está registrada como sindicato y ha venido organizando a las mujeres pobres durante los últimos 25 años. Sus miembros se reclutan a partir de las trabajadoras a domicilio, de las vendedoras ambulantes y de las trabajadoras bajo contrato. Las primeras se dividen en dos grupos principales: el primero, compuesto por mujeres que trabajan para algún patrón, comerciante o subcontratante, como suele ser el caso de las enrrolladoras de "bidis", por trabajadoras de la industria textil y por las que producen "aggarbattis" y el segundo, por trabajadoras por cuenta propia, como bordadoras, o pintoras de bloques.

La SEWA sigue básicamente dos líneas de organización: la de las mujeres según el sector en el que trabajan, negocian y luchan a nivel local y nacional por obtener protección laboral y social y la de las mujeres en cooperativas para que puedan mejorar su situación de empleo y tener acceso a los servicios que requieran la misma SEWA provee servicios como el del banco que se mencionó antes, el cuidado de niños y servicios de salud y de seguros.

La SEWU (Self Employed Women’s Union) es un sindicato de mujeres establecido en Durban, Àfrica de Sur, que organiza a trabajadoras del sector informal; cuenta actualmente con más de 4.000 miembros. Comenzó organizando vendedoras ambulantes, pero a medida que ha ido extendiendo sus actividades a las áreas rurales, está encontrando cada vez más mujeres que trabajan en sus casas. La mayor parte de ellas trabajan por cuenta propia cosiendo ropa, haciendo esterillas de carrizos, elaborando adornos de cuentas o preparando productos medicinales tradicionales.

El trabajo de la SEWU con vendedoras ambulantes es un ejemplo importante del hecho de que la organización colectiva no sólo beneficia a las personas empleadas. Aunque no tengan un patrón estas mujeres pueden beneficiarse de la organización y negociación colectivas, aprendiendo a discutir con las autoridades municipales, por ejemplo, sobre los espacios necesarios para sus puestos de venta, o para que haya posibilidades de alojamiento, puesto que muchas de ellas no tienen hogar.

Otro ejemplo de organización de trabajadores a domicilio es una red nacional que ha sido establecida en Tailandia. Este grupo reúne a otros grupos que se dedican a los trabajadores bajo subcontratación o por cuenta propia. En Bangkok, por ejemplo, hay grupos que apoyan a los trabajadores a domicilio del sector de la confección de ropa y de calzado; en el norte y en el noreste del país, a las mujeres que trabajan por cuenta propia tejiendo seda y algodón y haciendo productos de artesanía. La experiencia de haber organizado a las tejedoras de seda demuestra una vez más lo beneficiosa que es la organización colectiva, pues ha hacho posible que las mujeres puedan establecer y asegurar precios mínimos para sus productos y que ninguna afecte los precios de las otras.

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En el norte no hay muchos ejemplos de trabajadores a domicilio organizados y su número es menor. No obstante, en Toronto, Canadá, la asociación de trabajadores a domicilio cuenta hoy en día con varios cientos de miembros y ha realizado una labor muy exitosa al reclamar salarios atrasados para los trabajadores.

Ha trabajado para asegurar que haya protección legal para estos trabajadores y para que estén informados sobre sus derechos. Como resultado, las mujeres han tomado conciencia de sus derechos y han acordado un nivel de salario mínimo por de bajo del cual no están dispuestas a trabajar.

También se han llevado a cado campañas en conjunto con grupos de consumidores para ejercer presión sobre los minoristas y moverlos a asumir alguna responsabilidad por las condiciones de trabajo de las personas que trabajan en su casa, auncuando estas no sean sus empleados sino que trabajen por medio de cadenas de contratación, las cuales están extendidas hoy en día por todo el mundo, desde Tailandia hasta Europa y de las Filipinas y América Latina hasta América del Norte.

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Perspectivas y sugerencias

A la organización HomeNet le gustaría sequir fomentando el desarrollo de organizaciones de base entre las personas que trabajan en sus hogares ya sea organizándose dentro de los sindicatos o mediante ONG. A partir de las experiencias anteriores se han aprendido lecciones dignas de emulación que pueden resumirse así:

Las mujeres pobres que trabajan a domicilio pueden ser organizadas si se adoptan métodos flexibles. Tanto los trabajadores subcontratados como tambíén los que trabajan por cuenta propia, los que tienen un patrón claramente definido y los que no lo tienen, pueden beneficiarse de la organización colectiva y encontrar diferentes maneras para mejorar sus propios ingresos y los de sus familias.

Es común que los trabajadores a domicilio necesiten organizarse para mejorar la oferta y las condiciones de trabajo y de pago. Sus organizaciones deben investigar sobre las crecientes oportunidades de empleo y analizar cuestiones como la comercialización de los productos y el papel de los sindicatos tradicionales.

Deben desarrollarse campañas informativas y de presión para obtener protección para las trabajadoras a domicilio. Cuestiones como los salarios mínimos y derechos laborales, la seguridad social, los seguros, los servicios de salud, la educación de los niños, la vivienda, las pensiones (y muchas otros) son de vital importancia para mejorar las condiciones de vida de estas mujeres trabajadoras.

Por medio de la organización colectiva, las mujeres pueden tener acceso a una gama de servicios relacionados con su seguridad social, con su vivienda, con su formación, con asistencia para la comercialización de sus productos, con créditos y facilidades de ahorro, con seguros, etc.

En la misma medida en la que se vayan desarrollando organizaciones de afiliación y representación democrática de base, también deben reforzarse nuestros vínculos internacionales. Unos podemos aprender de los otros siguiendo los ejemplos tan importantes como el de la SEWA que tiene una gran experiencia. Por otro lado, las cadenas de producción y de comercialización para las que trabajan hoy en día estas personas en su domicilio, se extienden por todo el mundo, lo que significa que también nuestra organización tiene que desarrollarse a nivel internacional.


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