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2. El empleo en los países del Mercosur en los años 90


2.1. Un nuevo escenario

Los años 90 han traido a nuestros países profundas alteraciones en el funcionamento de sus mercados de trabajo. Fueron resultado de los cambios provocados en la economía por la aplicación de las recetas del programa neoliberal, también conocido como "Consenso de Washington" (apertura comercial, amplia libertad para los movimientos de capitales, privatizaciones de empresas y servicios públicos, eliminación de derechos laborales) que, en los casos de Brasil e Argentina, estuvo acompañado de planes de estabilización monetaria de subordinación de las monedas nacionales al dolar.

Es verdad que hay, entre los cuatro países, una gran heterogeneidad de situaciones. Eso se deba a que tanto los puntos de partida en cada uno como la intensidad de aplicación de esas recetas fueron diferentes. Pero, es posible verificar, en relación a sus mercados de trabajo algunas características comunes, tendências que se han impuesto a los largo de los últimos años. Entre ellas, destacamos:

a) En general, los países exhiben niveles superiores de desempleo que en los años 80;

b)Hau una expansión del empleo precarizado e informal (inclusive por sobre los espacios que anteriormente eran del empleo estable). Los mercado de trabajo de nuestros países siempre tuvieron un segmento más o menos

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importante (dependiendo del país) de trabajadores precarizados e informales vinculados a los sectores "atrazados" de la economía; la novedad es que, ahora, ese fenómeno se inserta fuertemente en los sectores "modernos" y "dinámicos" de la economía;

c) Hay un debilitamiento de las negociaciones coletivas y de los sindicatos, en cuanto instrumentos de regulación del mercado de trabajo, al mismo tiempo que iniciativas legislativas reducen el conjunto de derechos garantizados por ley;

d) Disminuye la cobertura de la protección social a la clase trabajadora.

De este conjunto de tendencia se va delineando un nuevo mercado de trabajo cuyo diseño final aún es difícil de establecer - incluso porque el programa neoliberal está atravesando una fuerte crisis de legitimidad política en nuestras sociedades. Pero, lo que está claro es que son "tiempos más duros" [ Ese es el título del libro organizado por Castro y Dedecca (1998) y que reproduce los estudios discutidos en el II Congreso Latino-americano de Sociología del Trabajo realizado en diciembre de 1996 en Águas de Lindóia, São Paulo (Brasil).] para la clase trabajadora de nuestros países.

2.2. Diagnóstico de la situación de empleo/desempleo en los cuatro países

2.2.1. Una salvedad metodológica

El estudio sobre el empleo en el Mercosur enfrenta diversas dificultades. La cuestión metodológica es una de las principales. Los datos que están disponibles para cada uno de los cuatro países no son homogeneos entre sí. Son recolectados en períodos diferentes (mensual, trimestral, semestral) cubriendo areas diferentes (unas pocas o varias aglomeraciones urbanas, la población urbana total etc.) y no parten de un conjunto armonizado de conceptos.

Esta observación es importante porque las estadísticas son entendidas muchas veces, no como una determinada "fotografía" parcial de la realidad - muy influenciada por las representaciones que los estadísticos colocan como a priori -, sino como la própria realidad. Y los estadísticos reflejan, a su manera, aquello que la propia sociedad considera como "desempleo" [ Ver a ese respecto Comte, 1995.] . Esto es, "empleo" y "desempleo" son conceptos socialmente construidos. Ahora bien, justamente en los años 90 hay un fuerte debate en nuestras sociedades sobre conceptos claves del mercado de trabajo ("empleo", "desempleo", "trabajo precario", "trabajo informal", etc.), consequentemente, las estadísticas se levantan sobre este terreno movedizo y están sujetas a contestaciones de los sectores de la sociedad que no concordan con los conceptos que les sirven de base. De hecho, la cuestión es que, cambiados los parámetros, tendríamos, en relación al desempleo, "fotografías" diferentes a las oficiales hoy existentes [ Ver en el Anexo los términos de ese debate en Brasil entre el órgano oficial (IBGE) y el órgano de asesoramiento al movimiento sindical (DIEESE).] .

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Es decir, que las estadísticas disponibles nos permiten apenas una aproximación al problema del empleo en los países del Mercosur. Y alertamos de entrada que el problema es mayor cuando se trata del estudio comparado de las situaciones vividas por los cuatro países que cuando se discute apenas la evolución del mercado de trabajo de cada país. Dicho esto, podemos analizar las estadísticas disponibles sobre empleo y desempleo en los países del Mercosur.

2.2.2. Un panorama de los cuatro países

En los años 90, nuestras economías, en general, han creado puestos de trabajo a una tasa anual menor que el crescimiento de la PEA (Población Económicamente Activa - ver Cuadro 1). Y aquí siquiera estamos cuestionando la "calidad" del empleo creado. Tal funcionamiento de nuestras economías hace con que ese desempleo abierto sea un fenómeno que afecta fuertemente a nuestros países en este final de década (ver Cuadro 2).

De acuerdo con las estadísticas oficiales, la situación más crítica es la de Argentina. Un estudio realizado por Altimir y Beccaria [1999:27] muestra que en el período entre el inicio del Plan de Convertibilidad (en junio de 1991) y mayo de 1998, mientras el nível de actividad de la economia creció a una tasa de 6,7% al año, el empleo urbano aumentó a una tasa anual de 1,7% [ La relacióne entre esas dos variables resulta en lo que se denomina en economia la "elasticidad empleo-producto", esto es, en que medida reacciona el empleo para cada aumento de un punto percentual del producto (la actividad económica).] . Según esos autores, ese nivel de expansión del empleo habría sido suficiente para absorver el crecimiento de la PEA en ese período; sin embargo, como aumentó la tasa de actividad [ La "Tasa de Actividad" mide la relación entre la Población Economicamente Ativa (PEA) y la Población Total. La incorporación de nuevos sectores (como mujeres, jóvenes, niños, jubilados) que anteriormente estaban fuera del mercado de trabajo resulta en un aumento de la "Tasa de Actividad". ] , el resultado fue un aumento del desempleo.

Llama la atención que una relativamente alta tasa de crecimiento del PIB se haya expresado en un aumento del empleo a tasas mucho menores [ Este desfasaje entre tasas de crecimiento del PIB y de empleo es una característica común de nuestros países (ver también Brasil y Uruguay en el Cuadro 1). ] ; esto pone en evidencia que se trata de un modelo que mismo en sus fases "de suceso" no es capaz de resolver los problemas sociales.

El modelo de convertibilidad dejó al país fragilizado de tal forma que es extremadamente vulnerable a las coyunturas internacionales y a las presiones de los capitales especulativos. Eso se tradujo en una explosción del desempleo abierto cuando la crisis mexicana (1994-95) llegando a tasas de hasta 18.4% a lo largo de 1995. Ahora esa amenaza se cierne nuevamente sobre Argentina como resultado del impacto de la crisis del real en el Brasil en enero de 1999.

Las estadísticas oficiales brasileras registran en los últimos dos años (1997-98) una tendencia al aumento más fuerte del desempleo abierto, modificando su nivel anterior. Es un impacto directo de la desaceleración de la actividad

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económica, fruto de la respuesta recesiva del gobierno a la secuencia de crisis de los dos últimos años (la asiática, segundo semestre de 1997; rusa,1998; del real, enero de 1999).

Ahora bien, los datos oficiales brasileros que muestran una baja tasa de desempleo a lo largo de casi toda la década se chocan con otras mediciones realizadas por otras fuentes (ver Anexo), pero también con el mejor sentido común [ Alguien que conozca Rio de Janeiro aceptaría la afirmación de que en 1998 había allí una situación próxima a la de "pleno empleo" como afirmó (basandose en los índices oficiales) el gobierno federal en abril de ese año?] .

En el conjunto de los cuatro países podemos ver que las tasas de desempleo abierto aumentaron en el perído 1990-98:

  • en 72% en la Argentina (con un pico de 133%-129% en 1995-96);
  • 77% en Brasil;
  • 41% en Paraguay (considerando el período 1990-97) y,
  • 19% en el Uruguay (con un máximo de 40% en 1996).

Los dos países que tuvieron alteraciones relativamente menores de sus niveles de desempleo (Paraguay y Uruguay), sin embargo, eran los que ya estaban en niveles próximos a los 10% a inicios de la década. En el caso del Paraguay, aún, hay que lelvar en cuenta que por lo menos desde la década del 70 [ Nos referimos a los primeros informes de PREALC sobre empleo y sub-empleo en ese país.] ya se sabía que las entonces relativamente bajas tasas de desempleo solo podían ser entendidas por la existencia de un inmenso sector de lo que hoy llamamos mercado informal y de trabajo precario (y que en esos tiempos se denominabam sub-empleo).

Ahora, al referirnos al "desempleo abierto", en general, estamos desconsiderando una amplia zona gris que en nuestras economías se desarrolló entre las situaciones "extremas" de "empleo" y "desocupación". En el caso argentino, las estadísticas oficiales captan parte de ese fenómeno a través del concepto de "tasa de sub-empleo horario", que en 1998 representaba 13,5 % de la PEA [ Ver en "http://www.trabajo.gov.ar/empleo/observatorio/bel/html/1000/1110.htm". La sub-ocupación horaria se refiere a los que están empleados pero trabajan menos que 35 horas semanales por causas ajenas a su voluntad.] , un nivel superior al del desempleo abierto.

Después de algunos años manteniendo una fuerte polémica contra la metodologia propuesta por el Dieese, órgano de estudios del movimiento sindical, el instituto del gobierno brasilero está timidamente abriendose para una metodología más amplia. Así, creó un indicador que agrupa desempleados, ocupados sin ingresos, ocupados con ingresos inferiores al salario mínimo; en julio de 1999 representaba, pra las 6 regiones metropolitanas estudiadas, un 16,74% de la PEA (mientras que en ese mismo mes la tasa de desempleo abierta tradicional era 7,54%) [ Ver en "http:www.ibge.org/informacoes/indices/pme0799.htm"] .

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Cuadro 1
Crecimento del producto y del empleo en las actividade no agropecuarias
1990-1997 (tasas de crecimento anual)


País

PIB

PEA

Ocupados

Argentina

5,5

3,0

1,8

Brasil

2,8

2,7

2,5

Paraguay

2,7

5,6

5,6

Uruguay

4,2

1,9

1,4

Fuente: OIT, 1999

Cuadro 2
Desempleo abierto urbano
(% desempleados sobre la PEA; tasas anuales)



1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

Argentina (a)

7,5

6,5

7,0

9,6

11,5

17,5

17,2

14,9

12,9

Brasil (b)

4,3

4,8

4,9

5,4

5,1

4,6

5,4

5,7

7,6

Paraguai (c)

7,5

9,4

9,8

9,0

9,4

8,1

9,8

10,6

...

Uruguai (d)

8,5

8,9

9,0

8,3

9,2

10,3

11,9

11,4

10,1

(a) En 28 aglomerados urbanos;
(b) Seis regiones metropolitanas;
(c) Estimativa nacional; (e) Total país urbano
Fonte: MTSS,1999 para Argentina; OIT, 1999 e IBGE,1999 para Brasil;
BCP (Banco Central del Paraguay); INE,1999 para Uruguay.

Dentro de ese contexto de aumento de la desocupación, hay grupos que son más afectados. Los cuadros 3 y 4 muestran los datos para dos de ellos: las mujeres y los jóvenes [ En el caso del Brasil, hay aún otro gran grupo dentro de los más afectados, que es la población negra. Así, en 1996, mientras los trabajadores blancos sufrían una desempelo abierto de 6,6%, los negros enfrentaban una tasa de 7,7% (el promedio nacional era de 6,9%). Ver en " http://www.ibge.org/informacoes/Indicadoresminimos/tabela2.htm"] .

A lo largo de los últimos años la tasa de actividad de las mujeres ha crecido sistematicamente. Ese fenómeno resulta de una combinación de factores, entre los cuales podemos citar:

(a) El achatamiento de los salarios e ingresos de los hombres "jefes de familia" en las clases medias y bajas han obligado a que más miembros de la familia tengan que buscar trabajo como forma de aumentar la renta del conjunto de la misma;

(b) Los cambios de patrones comportamentales,c uando se verifica el surgimiento o fortalecimiento de la figura de la mujer "jefe de familia" [ Por sus particularidades históricas, en Paraguay hay una larga tradición de mujeres "jefes de familia" desde muchas décadas atrás.] . Frente a la fuerte desestructuración del mercado de trabajo masculino, es de ellas, muchas veces, la principal fuente de ingresos del grupo familiar;

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(c) La lucha de las mujeres desde los años 70 identificó la entrada al mercado de trabajo como un camino necesario para su emancipación, impulsando un nuevo patrón de relaciones de género.

Los estudios disponibles muestran que en general las mujeres entran al mercado de trabajo en condiciones desfavorables. Es decir, con salarios más bajos, en los empleos más precarios, en los trabajos con menor cualificación (mismo que ellas estén más escolarizadas que los hombres) etc. Como reflejo de esa desventaja en la entrada, ellas sufren también niveles superiores de desempleo (los datos del Cuadro 3 muestran un comportamiento diferente apenas en la primera parte de la década en Paraguay).

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Cuadro 3
Evolución del desempleo por sexo (%)



1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

Argentina (a)

7,3

5,8

6,7

10,1

12,1

18,8

18,4

15,7

14,0

Hombres

7,4

5,6

6,5

8,5

10,7

16,5

16,8

13,4

13,1

Mujeres

7,3

6,2

7,1

12,7

14,5

22,3

20,9

19,2

15,4

Brasil (b)

4,3

4,8

4,9

5,4

5,1

4,6

5,4

5,7

7,9

Hombres

...

4,8

5,7

5,1

4,8

4,6

5,3

5,5

7,3

Mujeres

...

4,9

6,2

5,6

5,3

4,9

6,5

6,2

8,9

Paraguay (c)

6,6

5,1

5,3

5,1

4,4

5,6

9,2

6,4

...

Hombres

6,6

5,4

6,4

5,5

4,9

5,5

9,1

4,7

...

Mujeres

6,5

4,7

3,8

4,5

3,7

5,7

9,3

8,2

...

Uruguay (d)

9,2

8,9

9,0

8,4

9,2

10,8

12,4

11,6

10,1

Hombres

7,3

7,1

6,7

6,3

6,9

8,4

10,5

9,2

7,8

Mujeres

11,8

11,3

11,9

11,0

12,0

13,7

14,5

14,5

12,8

(a) Gran Buenos Aires; (b) Seis regiões metropolitanas. Para 1998, promedio de ene.-set.; (c) Asunción; (d) Montevideo. Para 1998, promedio ene.-set.
Fuente: OIT, 1999

Cuadro 4Evolución del desempleo entre los jóvenes (%)

País / Edades

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

Argentina (a)










15-19

21,7

16,3

16,4

26,8

32,3

46,6

41,3

39,7

37,4

15-24

15,2

12,3

13,0

...

21,2

30,1

29,9

20,7

20,4

Brasil (b)










15-17

...

11,6

14,4

12,2

11,9

11,0

13,0

14,3

18,8

18-24

...

9,1

11,2

10,3

9,6

9,3

10,5

11,4

14,3

Paraguay (c)










15-19

18,4

9,0

14,1

9,8

12,3

10,8

29,1

13,7

...

20-24

14,1

9,5

7,3

8,8

5,5

7,8

12,6

12,7

...

Uruguay (d)










14-24

26,6

25,0

24,4

23,3

25,5

25,5

28,0

27,2

25,1

(a) Grande Buenos Aires. Para 1998, maio. (b) Seis regiões metropolitanas.
1998, promedio ene-set. (c) Asunción. (d) Montevideo. 1998, promedio ene-set.
Fuente: OIT, 1999

Finalmente, los datos del Cuadro 5 muestran que una características comun a todos los países de la región es la fuerte alteración en su estructura del empleo.

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Es posible afirmar que el empleo en el sector informal - casi siempre más precario, peor remunerado etc. que el del sector formal - es la segunda característica dominante, al lado de la desocupación, del nuevo escenario del mercado de trabajo en los años 90. En el período 19990-1997, el sector informal aumentó en todos los cuatro países:

  • en la Argentina pasó de 47,5% a 53,8%
  • en Brasil fue de 52,0% para 60,4%
  • en Paraguay (en el período 1990-1996) subió de 61,4 a 67,9
  • apenas en el Uruguay el crecimiento fue tímido pasando de 36,3% para 37,1%

Por otro lado, el sector formal, además de perder peso en nuestras sociedades, también sufrió una alteración en su estructura. Con excepción del Paraguay, los otros tres países tuvieron una fuerte reducción del sector público (un resultado tanto de los "ajustes" en ls cuentas públicas como de las políticas de privatización de empresas e servicios en nuestrsos países)

Cuadro 5
Estructura del empleo no agrícola (%)


País / Año

Sector Informal

Sector Formal


Total

Trabajador independente (a)

Servicio doméstico

Pequeñas empresas (b)

Total

Sector público

Grandes empresas privadas

Argentina








1990

47,5

24,7

7,9

14,9

52,5

19,3

33,2

1994

52,5

27,0

7,4

18,1

47,5

14,3

33,2

1997

53,8

26,5

8,1

19,2

46,2

12,7

33,5

Brasil








1990

52,0

21,0

7,7

23,3

48,0

11,0

36,9

1994

56,5

22,4

9,2

25,0

43,5

9,7

33,8

1997

60,4

24,3

9,8

26,3

39,6

9,3

30,3

Paraguay








1990

61,4

21,2

10,7

29,4

38,6

12,2

26,4

1994

68,9

22,3

11,7

34,9

31,1

11,8

19,3

1996

67,9

26,9

10,0

31,0

32,1

13,1

19,0

Uruguay (c)








1990

36,3

19,3

6,0

11,0

63,7

20,1

43,6

1994

37,9

20,9

6,3

10,7

62,1

16,9

45,2

1997

37,1

20,1

6,1

10,9

62,9

16,8

46,1

(a) Incluye trabajadores por cuenta propia (pero no los administrativos, profesionales y técnicos) y trabajadores familiares. (b) Personas ocupadas en establecimentos que tienen menos de 5 o 10 trabajadores, dependiendo de la información disponible. (c) Montevideo.
Fuente: OIT, 1999


2.3. Integración, comercio y empleo

Cuál es el efecto del comercio internacional sobre el empleo y el desempleo en un determinado país? En la historia económica esta es, al mismo tiempo, una

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cuestión clásica y una polémica inconclusa.

Desde la "ley de las ventajas comparativas" de David Ricardo (Inglaterra, 1772-1823), hay economistas que defienden ardientemente el libre comercio como la estrategia más ventajosa para todos los países (sean más o menos desarrollados). Sin embargo, la experiencia concreta de los países periféricos con el comercio internacional apuntó para otras conclusiones; no era otra la razón para las estrategias propuestas por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) desde su histórico informe de 1949 hasta los años 80 (cuando esa institución pasó a asimilar las presiones para adherir a la "nueva" receta liberal).

Para el movimiento sindical y para la opinión pública de nuestros países esta cuestión se colocó desde el inicio del proceso de construcción del Mercosur. Las Centrales Sindicales cuestionaron un proyecto que atendía exclusivamente la dimensión comercial de la integración sin llevar en cuesta sus efectos sociales.

A lo largo de la década, de hecho, el comercio dentro de la región aumentó de forma muy intensa, se formaron nuevas areas de negocios para las empresas, etc., pero, los indicadores sociales de nuestros países empeoraron.

Cuál es la relación entre la expansión del comercio intra-regional y el aumento del desempleo, de la precariedad laboral y del mercado informal en nuestros países? Esta es una pregunta difícil de responder, porque en el escenario de los cuatro países no fue apenas el Mercosur que impuso cambios en las políticas económicas de sus gobiernos y resulta difícil de "aislar" la "variable Mercosur" de las otras para, por ejemplo, medir su impacto sobre el desempleo.

Sin embargo, algunos estudios técnicos [ Para el caso brasilero, ver Moreira y Sheila Najberg (1998) y Gonzaga y Terra (1998); apesar de esa constatación sobre los resultados a "corto plazo", esos autores defienden la estrategia liberal por la convicción de que sus beneficios serán compensadores después del período de ajuste provocado por la liberalización del comercio.] realizados permiten afirmar que, efectivamente, "a corto plazo" un efecto de la apertura comercial es la pérdida de empleos, que eso debe haber ocurrido en los países del Mercosur y que puede volver a suceder a cada avance de la agenda de liberalizaciones comerciales.

En suma, el comercio tiene un impacto en la esfera social que debería ser objeto de acompañamiento y de políticas específicas y regionalmente articuladas por los gobiernos - lo que los mismos se han recusado a discutir en el ámbito del Mercosur siempre que el movimiento sindical intentó colocar la cuestión en la agenda.


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